Por: Natalia Lomelí
El filósofo alemán Friedrich Nietzsche pertenece a ese selecto grupo de personajes cuya presencia en la historia marcó una pauta en el devenir humano, por atreverse a expresar sus ideas aun cuando iban en contra del pensamiento de la mayoría; esa mayoría que él llamó «rebaño» y ha sido culpable de que la humanidad cayera prisionera de los tres grandes vicios en la cultura occidental: la religión, la moral y la razón, vicios que combatió incansablemente desde su trinchera filosófica.
Nietzsche defendió la naturaleza humana como única causa y efecto del ser, sin refugiarse en un ente superior ni en una moral impuesta por los opresores de la libertad. Mantuvo una postura anticlerical y la ambición de transformarse en un superhombre que venciera todas las normas existentes, siendo su propia guía y haciéndose responsable de sus acciones. El superhombre que describió en su filosofía es quien acepta el eterno retorno gracias a la voluntad de poder, dispuesto a vivir en una lucha constante contra todo lo que nos limita, denunciando la complacencia de los débiles que no luchan contra las imposiciones de la autoridad moral autonombrada regente de la vida. El superhombre se separa del rebaño y se vuelve independiente e individualista. El hombre, como lo conocemos, debe ser superado… al igual que Dios.
Nietzsche puntualizó que la religión no ha aportado nada positivo a la humanidad, por el contrario: ha sido el cáncer del occidente al suprimir y devaluar los fundamentos clásicos de las civilizaciones griegas y romanas que sentían auténtica pasión por el conocimiento y la filosofía, e impulsaban el progreso intelectual. La civilización occidental desde la mirada de Nietzsche se encontraba en decadencia a causa de las ideas morales fuertemente adheridas en la sociedad que aseguraban que los débiles serían quienes ascenderán al cielo y que la arrogancia era negativa, convencer al hombre que debía ser humilde fue una efectiva estrategia de legitimación del poder de la iglesia, y Nietzsche se dio cuenta de ello.
Múltiples historias rodean la mítica figura de este filósofo alemán, como su fascinación inagotable por las ideas de Schopenhauer, los rumores sobre su adhesión al nazismo por la manera en que describía una raza perfecta de superhombres, y la ruptura drásticamente arriesgada que generó al pretender cambiar los valores que habían permanecido intactos durante siglos.
El pensamiento de este filósofo alemán transformó profundamente al hombre y su percepción de la vida; en sus libros analizó varios aspectos fundamentales para su ideología, que expuso continuamente; el primero y más radical fue la afirmación: “Dios ha muerto”, la muerte de Dios representó la posibilidad infinita de crear más allá de cualquier límite, ya no había justificación para reprimir la ciencia y el afán por conocer, esta declaración recibió al siglo XX con una nueva era en la que cada ser humano debía encontrar el sentido a su propia existencia.
Es imposible analizar sus textos como entes individuales, pues platean una variedad de temas que entretejen caminos y cuestionamientos estructurando una red conceptual que une sus libros, por lo que la siguiente selección de obras de Nietzsche es, en conjunto, fundamentales para conocer y desvelar su filosofía:
El nacimiento de la tragedia en el espíritu de la música, 1872
Surgió como un homenaje a Richard Wagner, en quien encontraba la renovación de la cultura occidental. Es una de sus obras más ricas en referencias, pues reinterpretó a Schopenhauer y a varios filósofos griegos para poder establecer una clara diferencia entre la concepción del mundo apolíneo y el dionisiaco. Encontró en Apolo la razón de las normas rígidas, y en Dionisio un espíritu del disfrute del placer y la auténtica naturaleza humana sin censura, impulsando la filosofía nihilista. Contrapone lo apolíneo con las pasiones y la embriaguez impulsiva de la vida dionisiaca. Concluye que el optimismo ha provocado la crisis de la tragedia, pero la música del romanticismo alemán motivará una nueva mitología basada en el nihilismo inherente a la vida humana.
Humano, demasiado humano, 1878
A través de notas y aforismos cuestiona por primera vez la veracidad de todo lo que hemos dado por hecho, ¿no podría ser todo falso, no podría ser el bien realmente el mal? Durante su año sabático escribió esta obra que movió los cimientos de la sociedad y generó una estrategia de cambio en los valores conservadores. Entre sus líneas, Nietzsche construyó “un camino abierto para los espíritus libres”, una afirmación hacia la vida y una invitación abierta para fortalecer nuestro criterio y discernimiento, cuestionando lo que nos rodea antes de aceptarlo pasivamente.
Así habló Zaratustra, 1883-1885
Descrito por el propio Nietzsche como “un libro para todos y para ninguno”, pues lo que estas páginas revelan es algo que no todos están dispuestos a aceptar, este libro expone el concepto del eterno retorno: «Vive cada momento no como si fuese el último, sino como si este fuera a repetirse eternamente, para siempre. Así que hazlo lo mejor que puedas, del modo que más te guste, con la máxima felicidad y sin resentimiento, pues este va a suceder por toda la eternidad una y otra vez». La vida es, por lo tanto, un ciclo en el que el superhombre es el motor de nuestra existencia. El personaje profético que anuncia su llegada a la Tierra, transmitiendo la sabiduría a los hombres, es Zaratustra, un ser incomprendido que debe enfrentarse al rechazo humano.
Más allá del bien y del mal, 1886
Libro compuesto por cuestionamientos morales con los que el filósofo alemán pretende ubicarse más allá de la moral tradicional al destacar la importancia de empezar a distinguir entre la verdad y la fe; en estas páginas, Nietzsche plantea que quizá la ignorancia es a lo que deberíamos aspirar. El texto plantea la necesidad de una nueva ciencia de la moral: la genealogía de la moral, que sería el título del siguiente libro que publicó. El superhombre será entonces aquel ser humano que logre guiar sus acciones bajo sus fundamentos individuales, más allá de las ideas preconcebidas y posiblemente falsas que definen lo bueno y lo malo.
Ecce Homo. Cómo se llega a ser lo que se es, 1888
“He aquí al hombre” es la expresión latina con la que se presentó a la especie humana, y no es fortuito que Nietzsche nombrara así a su texto autobiográfico. Esta compilación de su pensamiento fue escrita en los últimos años de su vida, por lo que resumió las reflexiones del filósofo en torno a su propia existencia quizá para aclararse él mismo cómo es su ser. A lo largo del libro elaboró una descripción minuciosa en la que dejó en claro la finalidad de cada uno de sus libros filosóficos, y se reveló como ser humano enlistando todo aquello que lo definía como persona, hasta que finalmente se autorevela como el auténtico anticristo.
El Anticristo, 1895
Nietzsche definía la felicidad como poder, y el poder del cristianismo es la compasión con los débiles, peor aún, el hombre rebaño es el cristiano, totalmente despojado del poder y, por ende, de la felicidad. El cristiano es igual a un anarquista que busca la destrucción de la vida armónica y próspera. El Anticristo puso en evidencia la religión como método de poder y control, al someter violentamente la libertad del espíritu y condenar a la humanidad a cargar involuntariamente con la culpa de un pecado inventado. La iglesia fue el verdadero cataclismo que sepultó la cultura griega y romana que fomentaba el conocimiento, y que a su vez se nutría de conocimientos y sabiduría milenaria; por ello, Nietzsche acusaba abiertamente al clero de corromper al hombre y conspirar contra el espíritu, criticó además la concepción del más allá como una negación de la realidad con intenciones claras de engañar a la humanidad. El fundamento filosófico de esta obra es que la religión nos ha inducido al vicio de cambiar el “sí quiero” por la presión del “tú debes”.
En agosto de 1900, a causa de la sífilis, se apagó la mente libre de Friedrich Nietzsche luego de un daño cerebral irreversible y una parálisis general progresiva que lo acompañó hasta su último día, dejando a su paso el inicio de un nuevo siglo. Hay historiadores que lo han condenado calificando su filosofía como negativa, pero lejos de ser pesimista, Nietzsche regaló a la humanidad la posibilidad de una verdadera libertad de pensamiento al asegurar que no hay una verdad sino múltiples interpretaciones de ella, expresadas bajo perspectivas individuales igualmente válidas. Su pensamiento ha influido la creación artística, la filosofía y la cosmovisión contemporánea. Hay quienes lo acusarán de fomentar el individualismo, malentendiendo su pensamiento, el que nos brindó la libertad para elegir el rumbo que transitaremos durante nuestra existencia.