Por Polo Castellanos/Rebelión.
La realidad de la cuarta transformación cada vez se parece más a aquella novela extraordinaria de George Orwell titulada Rebelión en la granja. Una fábula aplicable a muchos procesos “transformadores” en la historia de la humanidad que señala las peores miserias humanas, como la traición, la cobardía, el cinismo, la mentira, el autoritarismo y la ambición, y en el que el gobierno de la 4T comienza a encajar poquito a poco en muchos aspectos y hasta pareciera que se supera la ficción.
En esta realidad paralela, en la que ahora viven el presidente y un séquito de lacayos que siguen traicionando lo prometido en campaña y sin entender que el poder y la soberanía radican en el pueblo y no en ellos, los especialistas ya también encontraron la manera de medirnos la felicidad a los mexicanos llegando a la conclusión que somos “requete felices”.
Y digo realidad alterna porque en la que vivimos la mayoría la incertidumbre de salir de casa es un común denominador, nadie tiene la certeza de regresar con vida, sano y salvo. Y la culpa la tendrán los gobiernos anteriores porque ese se convirtió en el pretexto del gobierno para justificar todas sus ineptitudes. Pero somos felices, felices, muy felices.
Como ejemplo y para abonar a toda la debacle que ha propiciado la impresentable Marquesa de Tlaxcala, Alejandra Frausto, secretaria de Cultura, con la complicidad de funcionarios y legisladores ignorantes y hasta de uno que otro artista salamero, la política cultural de este país se sigue imponiendo pese a los distintos señalamientos que ha hecho todo el sector, desde los pueblos originarios hasta trabajadores de la cultura que estamos enfrentando, ya no solamente un discurso necio, sino discriminatorio e impositivo que desde la simulación hacen parecer como el necesario para México y diseñado por tecnócratas y mercachifles culturales.
(Véase completo en la siguiente dirección electrónica: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=260823)