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LA HABILIDAD DE LAS HORMIGAS ROJAS PARA FORMAR BALSAS ES UNA REACCIÓN A LOS CAMBIOS EN LAS FUERZAS DE LOS FLUIDOS.

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Por APIM.

Se sabe que las hormigas rojas construyen balsas vivientes para sobrevivir a las inundaciones o las estaciones lluviosas
Se sabe que las hormigas rojas construyen balsas vivientes para sobrevivir a las inundaciones o las estaciones lluviosas

Huajuapan de León, Oax., 27-11-2019.- Se sabe que las hormigas rojas construyen balsas vivientes para sobrevivir a las inundaciones o las estaciones lluviosas. Unos científicos de Georgia Tech están estudiando si la capacidad de una colonia de estos insectos de responder a los cambios en el entorno durante una inundación es un comportamiento instintivo y cómo las hacen responder ante las fuerzas de los fluidos.

El comportamiento de estos insectos ha sido estudiado por Hungtang Ko y David Hu, quienes se han centrado en cómo la balsa viviente hecha de hormigas cambia su tamaño en función de diversos estados ambientales.

La hormiga analizada, la Solenopsis invicta, puede optimizar su capacidad de repeler agua enlazando su cuerpo con decenas de miles de compañeras, construyendo así enormes colonias flotantes. Según Ko, este sería un proceso activo. Las hormigas rojas son capaces de notar cambios en las fuerzas que las afectan cuando se aplican diferentes condiciones en los fluidos que las rodean.

Así, hallaron que diferentes comportamientos en los fluidos, como los vórtices, podían cambiar el tamaño de las balsas hechas de hormigas de varias formas. Descubrieron que la rotación del agua puede inhibir los comportamientos exploratorios de las hormigas rojas individuales, mientras que el movimiento centrífugo no influye en la colonia.

La suposición es que exploran menos porque necesitan formar un enlace más fuerte con sus vecinas. Los científicos creen que la respuesta independiente de los individuos basta para llevar a la deformación que se observa a nivel de sistema.

Unas conexiones físicas más fuertes entre las hormigas rojas proporcionan balsas más duraderas y seguras. La capacidad individual de cada hormiga de responder a los cambios medioambientales es crucial para la sostenibilidad de sus balsas y para la supervivencia de la colonia.