Por Pedro Echeverría V.

1. 

   El expresidente derechista Felipe Calderón, del PAN -un represor y asesino de las mil suelas- ha creado su propio partido. Con ello confirmará que él es la verdadera oposición a AMLO porque en el panorama nacional sólo se ve a tontines políticos. Como el muy desprestigiado Carlos Salinas en su tiempo (1988-94), Calderón se adelanta demostrando que cuenta con mil contactos fuertes y desde ahora con una gran protección que impide que sea tocado. Entre unas semanas Calderón y su esposa demostrarán que ellos –no otros- son los jefes de la derecha panista y, probablemente, llevarán a la cuasi desaparición de ese partido. ¿Cuánto ayudó López Obrador al surgimiento de una “oposición leal y responsable” que tanto buscó? Entre tanto el partido creado por AMLO, después de dormitar irresponsablemente un año y medio, sigue frenado.

2. Me extraña que López Obrador, el creador de una gran fuerza electoral que en sólo cuatro años lo llevó a la Presidencia, se quiera deslindar del partido que casi sólo creó, sin tomar en cuenta de que puede ser su única salvación ante la cada vez mayor amenaza de empresarios, la derecha y el imperio. Él ha dicho o sugerido varias veces que no lo necesita porque “hoy es representante de todos los mexicanos, no de un solo partido”. Con ello da la impresión que para él en México desaparecieron las clases sociales y los enormes intereses económicos y políticos que han representado en por lo menos los últimos 200 años. ¿Piensa acaso, con su ideal pacífico/religioso, que el presidente Trump, los derechistas, PAN, PRI, PRD, los grandes empresarios, son “Almas de Dios” sin intereses en juego o sin fuego?
3. Cuando los luchadores anarquistas batallan contra el Estado, así como contra los gobiernos, los partidos, las instituciones, lo hacen pensando en que los trabajadores tienen la capacidad para autogobernarse y acabar para siempre con la explotación. Sin embargo, hasta ahora, no han podido enterrar el capitalismo injusto y opresivo que lleva más de 500 años de dominación en el mundo. ¿Cómo extirpar de la tierra el capitalismo si además cuenta con poderosas armas, religión, ejércitos, gobiernos, leyes y medios de información? Pero lo más grave es que como pueblo nunca nos hemos sacudido de toda la basura capitalista, consumista, individualista, competitiva, de toda la corrupción que nos ha bloqueado nuestra mente como individuos pensantes.
4. El sistema capitalista jamás fue derrocado por las revoluciones armadas; pero obviamente, tampoco los procesos electorales –en ningún lugar del mundo- han puesto en cuestión ese sistema de explotación, desigualdad y opresión. Tuvimos revoluciones económicas y políticas –generalmente armadas- en Inglaterra (1,600), EEUU (1,700), Francia, Rusia (1900), China, México, Cuba, Nicaragua, pero en vez de acabar con la injusticia capitalista, reafirmaron ese sistema. También el sistema electoral arreglado o no, -sin plantear cambios sociales profundos de sistema- le ha dado mayor fuerza a la explotación capitalista. Alguien me planteó alguna vez: los sistemas económicos anteriores al capitalismo se prolongaron muy por arriba de los 500 años; así que hay que esperar.
5. Realmente me preocupan las vergüenzas de más de año y medio (desde julio de 2018) que han pasado los falsos dirigentes y las masas de Morena. Sabiendo que todos dependen de López Obrador no han podido aportar una idea, abrir la boca, para hacer una propuesta que ayude a educar al partido. No parece interesarle a AMLO saber si “los seres humanos” son de derecha o de izquierda, si son conservadores o revolucionarios, sin son neoliberales o populistas. Busca educarlos a ser pacíficos, a perdonar, a no ser vengativos, a poner punto final a lo pasado para comenzar de nuevo. Ver si no “le sale el tiro por la culata”. No debe olvidarse que en México y en el mundo los conservadores, la derecha, la reacción, luchan porque la explotación y la desigualdad continúen; nosotros, al contrario, tenemos que destruirlos.