· Cocedores de balón explotados y vejados.
· Entre $101.00 y $12.00 el pago por ensamblar 1 balón.
· Jornada de más de 13 horas de trabajo en la Mixteca.
· $1,200.00 semanario de ingreso familiar.
· Empresarios de la maquila del balón no les interesa invertir en el desarrollo de maquinarias que agilicen el trabajo.
Por: Ricardo García Jiménez & Francisco López Martínez/APIM.
Barrio de Santa Cruz el Limón, San Miguel Amatitlan, Huajuapan, Oaxaca. En la extrema pobreza viven cientos de mixtecos que sobreviven dedicándose a coser balones para empresas deportivas nacionales e internacionales, mismas que les dan las piezas (gajos y la cámara) para que ensamblen y formen los balones pagándoles entre $10.00 y $12.00, mismo que son vendido en tiendas deportivas por más de 200 pesos.
Jesús Bonilla Vázquez, oriundo del barrio de Santa Cruz el Limón, perteneciente al municipio de San Miguel Amatitlán, en clavado en la mixteca oaxaqueña, nos comentó que sobrevivir en esta parte de la entidad oaxaqueña es enfrentar calamidades que no cualquier persona puede sobrellevar, donde la falta de trabajos bien renumerados, servicios médicos y medicinas, enfermedades y climas extremos son lo que hace de Santa Cruz un lugar hostil para vivir.
El entrevistado señaló que: “… es muy poco lo que nos ganamos por coser balón. Nuestra jornada de trabajo comienza muy temprano antes de las 6 a.m. y terminamos a eso de las 7:30 de la noche. En ese lapso de tiempo terminamos sólo dos balones.
El empresario que nos trae el material es de la Ciudad de Huajuapan de León y sólo nos paga $12:00 por cada balón que cosemos”. Manifestó tristemente Don Jesús.
Bonilla Vázquez agregó que recibió $54.00 por una jornada de más de 12 horas les resulta difícil sobrevivir, por lo que tiene que involucrar a más miembros de su familia (esposa, hijos y abuelitos) para cocer más balones y poder percibir más ingresos.
En esta comunidad de unos quinientos habitantes, la mayoría se dedica a esa actividad, ya que el municipio de Amatitlan en su composición territorial es zona desértica y ubicada en una montañosa muy escarpada que dificulta la siembra de alguna semilla y la crianza de ganado.
Don Jesús añade: “Esta actividad de coser balones es lo único que tenemos, es lo único que sabemos hacer, no hay otra manera de trabajar, aunque el gobierno federal y estatal ha intentado implementar programas para la creación de micro-empresas, los recursos no son suficientes, no tenemos la asesoría y el acompañamiento de gentes que sepan hacer negocios prosperen…”, apuntó.
Don Jesús manifestó que en algunas ocasiones le han pedido al empresario que les acerca la mercancía que les aumente el pago por coser cada balón a lo que éste contesta de manera tajante y déspota: “Si quieres trabajar bien, si no, déjalo. Ya habrá otro que quiera trabajar y por menos paga. Aquí no hay aumento, sino vete a la Ciudad de México seguro allá te pagaran lo que quieres.” A lo cual señala el entrevistado que los deja en una desesperanza.
Nuestro entrevistado también señaló que, si por algún descuido se comete un error en el cocido del balón, o se manchan los gajos, el empresario les descuenta el costo total de la pieza que puede oscilar entre los $65.00 a los $120.00 dependiendo de la marca y la empresa, por lo que prácticamente hay días que ya no ganan nada.
Si se hace un ejercicio para calcular el ingreso familiar que cuente con 6 miembros (el esposo, esposa, tres hijos y un abuelito) que trabajen solo seis días, lo que obtienen es $cercanos a los $1,200.00. Mismo que no es suficiente para poder comprar los víveres necesarios.
Por lo que, la carestía de las familias de esta parte de la mixteca está relacionado con el grado de desarrollo de la región. Por lo que, la cosida del balón contribuye de manera mínima al gasto familiar.
Hay que señalar, que las familias dedicadas a esta actividad no cuentan con herramientas necesarias para ensamblar el balón en forma industrial. Los “empresarios” no les interesa invertir en el desarrollo de maquinarias que agilicen en ensamble de las piezas, es más los señores ni el saludo les dan a las personas de la comunidad, externaron los entrevistados.
Por lo que el grado de explotación y el desgaste de los “cocedores” es sumamente alto.
Aunque se han realizado estudios y propuesto soluciones de crear maquinaria rudimentaria para el armado y pegado de las piezas, por parte de famosas universidades regionales con presencia en esta parte, en nada contribuyen porque las empresas interesadas e intermediarios no quieren ver menguadas sus ganancias invirtiendo en estas maquinarias y herramientas.
Finalmente, en palabras de nuestro entrevistado y en representación de los miembros de su familia comento: «[…] muchos empresarios, intermediarios y académicos de universidades que nos visitan y contemplan nuestro trabajo y nuestra pobreza para sus estudios esperan que seamos nosotros los que invirtamos en esos instrumentos o maquinarias. Pues cómo señor, si apenas y tenemos para comer y la medicinas. Hay momentos que esto parece una burla. Sólo nos utilizan para sus propósitos e intereses personales.” Señaló Don Jesús Bonilla Vázquez.